02 - De lavar coches a pilotar una nave
No siempre fui Commander de una nave. Hubo un tiempo en el que mi misión consistía en dejar los coches más relucientes que un espejo.
Y sí, es verdad, mi primer trabajo (más formal, después de probar como camarero y peón de albañil) fue lavando coches, y nunca imaginé que aquello me llevaría hasta aquí.
Lo que hacemos cuando empezamos no siempre define a dónde llegaremos, pero sí cómo llegaremos. Aquel trabajo, a priori, no me gustaba. Me gustaba tan poco que había dos opciones: lavar los coches o ir a recogerlos a Marbella, Torremolinos o Málaga (donde había otros tres concesionarios de la misma marca). Yo siempre buscaba la segunda, aunque eso me hiciera llegar tarde a casa la gran mayoría de los días.
Pero cuando me tocaba lavar, que era muchos, muchos días, lo hacía con esmero. Siempre me gustaba dejar cada rincón bien limpio, aunque no se viera. Y, sobre todo, buscaba que cada hora de aquel día fuera una hora en la que lo había pasado bien. Tuve un compañero que era un cachondo mental, y siempre estábamos con suposiciones absurdas, pensando en cómo seríamos en el futuro.
Así pasamos varios años. Era 2007, aproximadamente, año en el que también ocurrió uno de los peores momentos de mi vida: mi padre, mi papi, se fue con tan solo 42 años. Un golpe durísimo para mi familia, que afrontamos como pudimos. Yo, desde aquel día, me prometí que lo que hiciera de allí en adelante tenía que ser algo de lo que él se sintiera orgulloso de mí.
Seguí lavando coches, con el mismo esmero, pero también empecé a organizar eventos de música electrónica. Con uno de ellos y lo que ganamos (en 2008) me compré mi primer iMac (el de 24 pulgadas). Por cierto, dentro de poco os contaré cuando tuve mi primer ordenador… En el siguiente Log, quizás.
Ahí, con mi primer iMac, empecé a trastear con Photoshop, a aprender las herramientas copiando carteles (sí, copiando), intentando llegar a la misma solución gráfica para aprender a usar las herramientas.
Un año después, y en plena crisis, en 2009, me despidieron. Lavar coches ya no era lo mío, y llegó el momento de preguntarme: “¿Y ahora qué?”.
En ese momento, alguien me dijo: “Oye, tanto te gusta diseñar, ¿sabes que hay una Escuela de Arte en Algeciras que imparte un grado de Diseño?” Y yo dije… “¿Cómo? ¿Estudiar? ¿Con 23 años? Ya estoy mayor…”.
Pues me apuntaron al examen previo, y un día antes me dieron los materiales para ir. Allí me planté en el examen de acceso. Examen que, por cierto (si me conoces de algo, lo sabrás), aprobé. Ahí comenzó todo: empecé a formalizar algo que tanto me gustaba, mi pasión. Empecé a estudiar Diseño.
Y un tiempo después, con la ayuda de todos mis amigos y mi familia, creamos Apolo. Dejé de lavar coches y empecé a pilotar una nave. Una nave que nos ha llevado a muchos lugares, muchos muy buenos y algunos complicados, que seguiré mostrando por Log, mi registro.
¿Y por qué contar esto? Pues, primero, me apetecía, sorry ^^. Segundo, porque así (De lavar coches a pilotar una nave) se titula una charla que doy en Universidades y Escuelas para hablar de mi trayectoria, de cómo emprendí este camino y cómo ha ido durante estos 11 años.
Al final, mirando atrás, me doy cuenta de que lavar coches no era solo un trabajo, sino una lección más para mí. Aprendí que todo, hasta lo más pequeño, importa si quieres construir algo que sea realmente grande. Hoy, al frente de Apolo, sigo aplicando ese mismo principio. No importa lo pequeño que sea el detalle o lo poco que parezca que se pueda ver: hay que cuidarlo como si fuera algo realmente grande, y debes sentirte orgulloso de ello.
Y hasta aquí, el Log de hoy. Nos vemos el próximo miércoles, donde quizás escriba sobre mi primer ordenador, cómo llegó hasta mí y lo importante que fue.
Muchas gracias por leer mi registro. :)